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23 de febrero de 2012

Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 61-70)

Continuo el listado de los mejores proverbios de Viaje al Oeste, siendo esta vez los comprendidos entre los capítulos 61 y 70.
Como viene sucediendo en las últimas entradas he escogido los 10 mejores.


Relación de los peregrinos

Conociendo ya la naturaleza de los personajes protagonistas es normal preguntarse qué tipo de relación pueden mantener este tipo de seres. Sabiendo su origen, sus enormes poderes y el carácter sumamente religioso de la historia, lo normal sería pensar que su comportamiento sería de lo más disciplinado, pero no, más bien es todo lo contrario. Dejando de lado a Tripitaka, que es un auténtico santo, sus discípulos no son para nada un ejemplo de buen comportamiento, aunque se van "domando" a lo largo de la aventura. Este es precisamente uno de los atractivos de la historia.

El primero de los discípulos, el Rey de los Monos, Sun Wu-Kung, es extremadamente travieso, algo que se pone de manifiesto en la primera parte de la historia, donde causa un tremendo desorden en los Cielos y Buda se ve obligado a encerrarle bajo una montaña durante 500 años. Aunque en parte, Sun Wu-Kung aprende la lección y se transforma al Budismo cuando es liberado por el buscador de escrituras Tripitaka, sigue conservando gran parte de sus malos hábitos y en no pocas ocasiones ofende a su maestro con sus acciones. Por suerte, Tripitaka dispone de un conjuro que provoca un dolor extraordinario a su discípulo para conseguir dominar al Mono de la Mente.

Durante toda la aventura Sun Wu-Kung se hace valer de la magia para burlarse de sus hermanos y de los monstruos a los que se enfrenta y a veces es demasiado brutal a la hora de derrotar monstros o bandidos que le dificultan el camino. Por otro lado, siempre está atento de cumplir todos los deseos del maestro y pone todo su empeño en culminar la empresa con éxito.

El segundo de los discípulos, el cerdo Chu Ba-Chie, es muy propenso a dejarse llevar por la lujuria y siempre tiene una gula enorme, tanto que a veces parece que sea lo único que le preocupa. No demuestra una implicación muy grande con la misión, pues cuando las cosas no van bien en seguida propone dividir el equipaje, comprar un ataud para el maestro y volver con su esposa al pueblo de los Gao.

Durante toda la aventura Chu Ba-Chie y Sun Wu-Kung no paran de picarse entre ellos. En muchas ocasiones Chu Ba-Chie se vale de su rápida lengua y de la predilección del maestro Tripitaka por los más débiles para burlarse de Sun Wu-Kung y hacer que el maestro recite el conjuro que tanto dolor causa al Rey de los Monos.

El más modosito de todos es el tercer discípulo, el Bonzo Sha, que no se mete en muchos follones y se queda siempre cuidando del maestro. Aunque en más de una ocasión Sun Wu-Kung le echa en cara que incluso él se deje llevar por las mentiras de Chu Ba-Chie y no evite que el maestro recite su conjuro.


Los mejores dichos, proverbios y frases de Viaje al Oeste (capítulos 61-70)

La distancia que separa a los peregrinos del paraiso occidental es cada vez menor pero no por ello sus penalidades son menores. Los caminantes se encuentran con nuevas situaciones a las que deben hacer frente antes de poder presentar sus respetos a Buda.
Marco en negrita el proverbio que más me han gustado, de nuevo uno en el que sale un gato :3


El Gran Sabio se alegró mucho de verle. Con razón decían los antiguos que «el gato vencedor se cree que es un tigre». Tan embebido estaba en la facilidad de su triunfo, que no se fijó para nada en el aspecto que ofrecía la persona que se acercaba corriendo hacia él. (pag.1362)

-Suele decirse, majestad -contestó Tripitaka, esbozando una sonrisa- que, quien al apuntar se desvía el grosor de un cabello, jamás dará en el centro de la diana. (pag.1397)

Deberías tener presente que, como muy bien afirma el proverbio, «no existe nada más carente de sentimientos que la guerra». En el combate no hay piedad. No pienses que voy a andarme con remilgos a la hora de medir mis armas con las tuyas. (pag.1408)

Su triunfo hizo parecer el Tao inútil, y la maldad, tan poderosa como un ser de lo alto. Pero no debe olvidarse que, cuando se cae en el error, desaparece todo el bien que se haya hecho hasta entonces. (pag.1453)


Aunque el sufrimiento era tan intenso que por poco no pierde el juicio, el monstruo aún conservaba sano el corazón e hizo lo que se le ordenaba. No en balde, como afirma el proverbio, «nadie fenece hasta que no se le quiebra el corazón, de la misma forma que, cuando se secan las raíces, las flores se marchitan y se caen las hojas». (pag.1483)

¿A quién se le ocurre confundirme con un espíritu famélico? Como dirían los libros de fisionomía, por muy feos y raros que sean los rasgos de un rostro, no debe olvidarse que hasta la pieza más fina de jade se esconde en el interior de una roca vulgar. Es un grave error juzgar a la gente por el aspecto que ofrecen. (pag.1490)

Es posible que no sea muy alto, pero mi fuerza no tiene nada que envidiar a la de nadie. Como suele decirse, con unas gotas de la piedra de afilar me ha bastado para hacerme tan penetrante como un cuchillo. (pag.1495)

-¿A qué viene hablar de recompensas ahora? -preguntó el Peregrino-. Como muy bien afirma el proverbio, «el oro emborracha la vista, la plata carece de brillo y el cobre apesta, después de pasar por tantas manos». Nosotros no somos más que unos pobres monjes empeñados en acumular méritos, no riquezas. (pag.1496)

-Como muy bien afirmaban los antiguos -se dijo en seguida el Peregrino, entusiasmado-, «sólo quien se mueve puede alcanzar la gloria». No hay razón para que sigamos en ese lúgubre Pabellón de Traductores. (pag.1519)

Fue una suerte que uno de sus consejeros sacara a relucir esa vieja máxima que dice: «Cuando dos reinos se encuentran en guerra, hay que respetar la vida de sus mensajeros». Eso me salvó de la muerte, pero me quitaron los documentos que llevaba y me arrojaron sin ningún respeto de la ciudad, no sin antes darme más de treinta azotes en presencia de todo el ejército. (pag.1566)


Quien desee conocer la selección de mejores proverbios de los capítulos 71 a 80 deberá, por tanto, leer con atención el texto que se ofrece en la próxima entrada.


Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 1-10)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 11-20)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 21-30)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 31-40)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 41-50)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 51-60)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 61-70)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 71-80)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 81-90)
Proverbios de Viaje al Oeste (capítulos 91-100)

2 comentarios:

Jero-chan dijo...

«el gato vencedor se cree que es un tigre»

La que más me ha molado :D

DrPollit0 dijo...

Por supuesto, los gatos triunfan en los proverbios xD